Isla de Gorée, una visita obligatoria donde se respira tranquilidad después de conocer el caos de la ciudad de Dakar. Una pequeña isla a la que llegas en ferry a 3km de Dakar. Con mucha historia, de aspecto colonial, nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978.
Pasear por sus calles estrechas, entre casas de colores, muchas flores, todo limpio y tranquilo… es teletransportarte a otra época.
La artesanía, forma de vida fundamental aquí. Tallar madera, pintar cuadros característicos africanos, crear con material reciclado…
Y que te persigan todas las mujeres para que vayas a su tienda a comprar, porque es la mejor y buena-bonita-barata ( aquí si se ponen un poco pesadas 😅).
Sus cañones y bunkers...
La iglesia católica, rodeados de su característico árbol baobab que tanto me gusta.
Pero sin duda, lo que más me ha impresionado de la isla es la Casa de los Esclavos, hoy convertida en museo, donde nada más entrar se respira una energía que no puedo explicar.
Llegas a sentir el sufrimiento de las personas esclavizadas que allí mismo murieron y pasaban por el pasillo de no retorno, para embarcarles o tirarles al mar.
En la planta baja, vemos todo dividido en celdas para hombres, mujeres y niños, donde apenas hay un hilo de luz, ni hueco por donde respirar. Justo ahí es donde más se llega a sentir esa inexplicable energía.
Y en la parte superior, su historia y restos de lo que usaban con ellos.
Reconozco que esto me ha removido bastante…. pensar todo lo que se vivió ahí y saber que esto hoy en día sigue pasando? ufff… Bendita libertad!!!
Seguimos nuestro paseo hasta la playa, donde nos relajamos hasta la vuelta del ferry y ahí por fin, metemos los pies en el atlántico, mas que nada por vernos los pies limpios y quitarnos el polvo que nos ha acompañado durante los 15 días de este viaje. Con los pies sucios, pero felices.
Un estupendo día para rematar el viaje
Gema Cristóbal, 27.03.19